Debemos siempre un recuerdo a aquellos de los que aprendimos y Mayalde incluso los personifica en el escenario. Conscientes del valor de sus conocimientos, no ignoraban detrás de lo que se andaban los visitantes ocasionales que al medio rural se acercaban y la tía Máxima los increpaba: ¨si, si, vosotros venís por el mi sabel¨. Y aunque muchos han visto ese saber pocos lo han entendido. De ese entendimiento hace gala este disco, si no ¿como mantenernos durante diez minutos atentos a ¨La Hijuela¨? o ¿presentar un repertorio que muchos veríamos como mortecino, popular o moderno (María Rebolleda, La Clara, El Tulipán, La Portuguesiña) y volverlo a la frescura que tuvieron hace décadas?…
Carlos A. Porro
Debemos siempre un recuerdo a aquellos de los que aprendimos y Mayalde incluso los personifica en el escenario. Conscientes del valor de sus conocimientos, no ignoraban detrás de lo que se andaban los visitantes ocasionales que al medio rural se acercaban y la tía Máxima los increpaba: ¨si, si, vosotros venís por el mi sabel¨. Y aunque muchos han visto ese saber pocos lo han entendido. De ese entendimiento hace gala este disco, si no ¿como mantenernos durante diez minutos atentos a ¨La Hijuela¨? o ¿presentar un repertorio que muchos veríamos como mortecino, popular o moderno (María Rebolleda, La Clara, El Tulipán, La Portuguesiña) y volverlo a la frescura que tuvieron hace décadas?…
Carlos A. Porro